La mayoría de los pastores latinos comparten esperanza y alegría, y desarrollan relaciones de forma natural en medio de los desafíos de la comunidad.
Sin embargo, muchos pastores confiesan estar físicamente cansados, emocionalmente agotados y solos.
Era marzo de 2020. Justo comenzaba la pandemia y decidimos reunirnos con grupos pequeños de pastores(as) para conocer cuáles eran las necesidades mayores de pastores(as) Latinos(as) en USA. Como estábamos en la primera etapa de la pandemia pensamos que los pastores(as) hablarían de todas sus interrogantes acerca de este evento mundial. Y aunque sí mencionaban los retos que estaba presentando el nuevo Covid en su comunidad de fe, la conversación continuaba y se inclinaba hacia otra necesidad.
Los(as) pastores(as) dialogaron y mencionaron muchas de sus necesidades, por ejemplo: cómo trabajar el discipulado y desarrollar nuevos líderes, cómo manejar transiciones pastorales, cómo manejar los retos y el alcance de diferentes culturas y generaciones, cómo trabajar la inclusión del ministerio pastoral de la mujer y cómo trabajar el desarrollo organizacional, entre otros. Sin embargo, tan pronto un(a) pastor(a) decía: “Me siento cansado; siento que estoy solo…” la mayoría continuaba afirmando la misma sensación. En todos los grupos, diversos en muchos aspectos, resurgía la misma necesidad, que es una mezcla homogénea de dos: Agotamiento mezclado con Soledad.
Y no es para menos. La persona pastoral Latina enfrenta grandes desafíos día a día lidiando con varios aspectos. Primero, las expectativas abismales de su descripción de funciones. Una semana de un pastor(a) puede ir desde preparar un mensaje para el domingo en la mañana con una base teológica que demuestre estudios graduados; visitar a personas enfermas en hospitales o en las casas; atender una, dos y tres emergencias a las 3 de la madrugada de personas de la comunidad; revisar presupuesto y hacer actividad de “fundraising” planificada; dar seguimiento a grupos de voluntarios y capacitar para que puedan sostener “la organización”, ver cómo está corriendo la campaña de los medios sociales, entre muchos otros. Es estar 24/7 “on call”.
Según los trabajos del Dr. Richard DeShon, profesor de la Universidad del Estado de Michigan y experto en análisis de posiciones laborales, y citados por el Dr. Bloom en el libro Flourishing in Ministry, dice: “…nunca he encontrado un trabajo que sea tan complejo, variado, e impactante como el trabajo de un pastor de una iglesia local.” Más adelante en otro estudio menciona: “Es casi inconcebible imaginar que una sola persona pueda ejecutar altamente en 64 específicas destrezas, habilidades, características, y conocimientos.” ¡64 competencias personales fueron las que se encontraron en las expectativas de la descripción de funciones para de un(a) pastor(a) local! Si a eso le añadimos que algunos(as) pastores(as) tienen que cumplir esto de manera bi-vocacional, mientras tienen otro trabajo “full time” o “part time” en otro lugar que le ayude a cubrir sus gastos personales, tenemos una receta casi segura para un “Burnout” (Agotamiento).
Algunos(as) pastores(as) carecen de amistades profundas con las que puedan nutrir sus relaciones de amistad básica y/o pares, amigos y amigas de ministerio, con los que pueda crecer
En adición a la expectativa de los “multiples sombreros”, la persona pastoral en USA atiende una comunidad Latina que abraza y celebra, pero que enfrenta retos de falta de recursos, traumas de vida y de inmigración, soledad, familias divididas, racismo, inseguridad en sus empleos y servicios de salud, limitaciones del lenguaje, falta de acceso a educación superior, entre otros. Es más, la misma persona pastoral puede enfrentar estos desafíos en su propia carne como Latino(a). Todos estos factores sociales desembocan en un sin número de situaciones de emergencias que provocan que la persona pastoral se convierta en un “apaga fuegos” recibiendo “quemaduras e intoxicaciones” emocionales menores y mayores que se van acumulando con el tiempo. Así que, en adición a una fatiga laboral, está expuesta a una fatiga por compasión.
Por encima de estos factores para el agotamiento, algunos(as) pastores(as) carecen de amistades profundas con las que puedan nutrir sus relaciones de amistad básica y/o pares, amigos y amigas de ministerio, con los que pueda crecer. ¿Y eso por qué? Bueno, si casi siempre está ocupado(a), si nunca puede parar, menos va a poder cultivar relaciones estrechas. En adición, algunos(as) pastores(as) enfrentan “demandas teológicas”, que están siendo diferentes a su realidad, por ejemplo, “Siempre tienen que tener gozo…”, “Vamos de gloria en gloria…” Su interpretación de estas “demandas teológicas”, o a veces métricas de “éxito ministerial”, provocan que algunos(as) pastores(as) tiendan a aislarse y no compartir su ansiedad y su realidad con amigos(as), para no invalidar su teología y/o su capacidad ministerial y espiritual ante otros. Otra razón pudiera ser las diferencias denominacionales. Por ejemplo: “¿Qué pudieran tener en común el único pastor pentecostal Latino y el único pastor Luterano Latino en un pequeño pueblito rural?” (¡Muchísimo!) Otros(as) pastores(as) simplemente dejaron sus mejores amigos(as) en sus países de procedencia y la distancia ha pegado fuerte en la relación. Si se suman factores como la influencia de una cultura individualista actual y/o separación de razas en algunas denominaciones en USA, se complica. Ni hablar de pastoras féminas que se encuentran en el nicho del nicho. Si quisieran hablar con homólogas, ¿con quién? Y si quieren entablar relaciones estrechas con pastores masculinos, entra el escrutinio: “¿Se verá bien esa relación tan cercana?” Estas pueden ser razones por las que el 70% de los(as) pastores(as) no tiene un amigo(a) cercano, según Pastor Care Inc. Entonces, el agotamiento emocional crece con más razón pues carece de relaciones auténticas saludables.
El ciclo de impacto no se queda ahí. Dado a estas variantes, la familia inmediata de la persona pastoral se afecta. El lugar donde pueden sincerarse recibe toda su descarga de agotamiento y ansiedad en muchas maneras. En el seno del hogar, algunos(as) pastores(as) se vuelven irritados(as) y otros(as) se vuelven más aislados(as), silenciosos(as); sin saber que están inconscientemente desembocando allí todo lo que han vivido en el exterior. El poco tiempo familiar que les queda, si alguno, queda víctima de falta de creatividad, de intencionalidad y de plenitud, porque allí alguien está exhausto(a). La intimidad de su familia se corta en todas las dimensiones. La pareja se distancia, los hijos pierden confianza, se desconecta la familia, y la cadena a situaciones de riesgo sigue en aumento…
El ministerio pastoral no tiene por qué ser así. Se ha desarrollado una cultura alrededor y desde la persona pastoral que con el pasar de los años ha causado este ecosistema insostenible. El mismo Jesús dice “¿Estás cansado? ¿Agotado? ¿Quemado de tanta religiosidad? Ven a mí. Escápate conmigo y recobrarás tu vida. Te mostraré como descansar verdaderamente. Camina y trabaja conmigo, observa como yo lo hago. Aprende los ritmos no forzados de la gracia. No pondré nada pesado o que no puedas cargar sobre ti. Mantengámonos caminando juntos y aprenderás a vivir libre y ligeramente.” (Traducción de The Message Mateo 11:28-30) Pareciera que todo lo que se ha mencionado anteriormente con relación a la necesidad #1 de la persona pastoral Latina no encaja con esta propuesta de Jesús. Sin embargo, los(as) pastores(as) no se están inventando esta ansiedad. Es real. ¡Por lo mismo, revisar a qué se refiere Jesús con esta propuesta es necesario y puede ser una gran noticia!
Con esta intención nace Caminando Juntos, una propuesta de Urban Strategies para mejorar el bienestar holístico y la interconexión entre pastores(as) Latinos(as). Grupos pequeños de pastores(as) con diferentes trasfondos se forman para escucharse, acompañarse y crecer en ajustes saludables y sostenibles para la persona del pastor y el ministerio. Expertos en bienestar holístico con amplia experiencia pastoral son invitados para ayudarnos en el proceso de transformación. Financiamiento para retiros, terapeutas y personal experto en bienestar pastoral es provisto parar asistir uno a uno en nuevas rutinas para la persona pastoral. Las aplicaciones están abiertas de Octubre a Noviembre y te invitamos a aplicar AQUÍ . En adición, la página web de Caminando Juntos provee material, recursos y servicios para continuar el desarrollo individual y colectivo.
Es importante que antes de seguir corriendo con las demandas ministeriales o antes que se siga aprendiendo a cómo “hacer ministerio”, los(as) pastores(as), las denominaciones, las organizaciones de base de fe, y todos aquellos que persiguen en sus vidas una misión transformacional, puedan poner atención y prioridad a cómo ser, a cómo vivir internamente en ritmos de vida sanos y sustentables. Esto no es para añadir ahora una nueva demanda sino para aprender a soltar. Como bien dijo Jesús: