La vida pastoral es bastante compleja como para resumirla en cuatro simples resoluciones para el bienestar. Sin embargo, hay modificaciones sencillas en nuestras agendas que pueden hacer la diferencia. Quizás el reto mayor para un pastor está en dar tiempo en amarse a si mismo tanto cómo ama a otros. (Mateo 22:36-40)
La fórmula de este balance presentado por Jesús ha sido cambiada por muchos años y eso nos ha dado el resultado de pastores quemados y agotados con resultados, quizás de éxito externo a corto plazo, pero en miseria interior que no tarda mucho en salir al exterior. “No hemos sido llamados al éxito sino a dar frutos.” (Dr. Elizabeth Conde Frazier) y esos frutos solo nacen de un árbol bien plantado, nutrido y sano. Así que te invitamos a considerar estas preguntas para nuevas resoluciones en tu bienestar:
1. ¿Quién es tu amigo cercano? El 70% de los pastores no tiene un amigo al que considere cercano según Pastoral Care. Las razones son múltiples y puedes leer más de ello en nuestros artículos anteriores. Por lo mismo, las sensaciones de soledad y la carga emocional aumentan. Eso tiene un impacto mayor en nuestra mente, nuestro cuerpo y en nuestras otras relaciones más de lo que podemos medir a simple vista. Entonces, tener un (dos o tres!) amigo cercano con el que puedes ser totalmente auténtico, transparente y vulnerable puede ayudar significativamente. Mejor aún resulta si ese amigo es otro pastor que puede entender la dinámica y las demandas pastorales. El proveerse ese espacio mutuamente puede ayudar no solo al bienestar personal de ambos sino en la parte creativa de la tarea pastoral.
Ahora bien, los motivos para encontrarte con esta persona no pueden ser mayormente laborales porque la asociación mental disminuirá los efectos de la bondad del tiempo con los amigos. Tampoco puede llegar a ser un tiempo de comparación y competencia. Tiene que ser un espacio auténtico y seguro dónde ambos disfruten ser.
Así que una resolución puede ser cultivar la relación consistentemente con un amigo cercano. ¿Quién puede ser esa persona? ¿Vive en tu propia ciudad? ¿Es alguien que puedes ver de manera online? Es posible que todavía no se distinga un amigo cercano a estos niveles de confianza. Pero siempre es bueno comenzar… y más cuando hay una buena comida o un buen café de por medio. ¿O que tal si a ese tiempo le añadimos unas cuantas millas de ejercicio para oxigenar el cuerpo? Las opciones pueden ser muchísimas. Solo se necesita ser intencional. Cultivar este tipo de relación no puede ser para cuando sobre el tiempo. Es fundamental en nuestro bienestar personal y pastoral. De manera que la recomendación es que se sea consistente con este tiempo. Puedes separar un día del mes desde el principio del año y anotarlo, y no poner en riesgo de cancelación. También puedes compartir esta expectativa con tu amigo y así intentar lo más posible que juntos sostengan este tiempo.
2. ¿Has considerado la terapia y la consejería? Los amigos cercanos que son espacios seguros hacen gran parte del trabajo terapéutico sin uno darse cuenta. Sin embargo, un espacio seguro, educado y libre de conflicto relacional para ayudar a procesar los retos emocionales y mentales a los cuales se enfrenta un pastor constantemente es fundamental en el bienestar. Aún el más fuerte emocionalmente de los pastores necesita reconocer que vive proveyendo espacio para los traumas de otros. Y toda persona que provee ese tipo de espacio a otros recibe un impacto indirecto de ese trauma. Estos impactos indirectos tienen todo el potencial de desarrollar Fatiga por compasión, Estrés por Trauma Secundario (STS por sus siglas en inglés) y/o Agotamiento (Burnout), un camino hacia la Depresión. Aunque se piense que no es gran cosa, la mente y el cuerpo lo van a procesar, lo van a exteriorizar, lo decidas o no. Entonces los síntomas no se hacen esperar: cambios de humor, problemas al dormir, coraje, palpitaciones, un sistema inmune débil son solo algunos de los efectos que “se normalizan sin ser normales”. “Un pastor mencionaba que se sentía como morir poco a poco por miles de cortaduras de papel.” (M. Bloom en Flourishing in Ministry)
Por lo mismo, la ayuda profesional en la vida de un pastor es necesidad básica si se quiere correr el maratón y no una carrera de corto plazo. Los amigos(as) y los esposos(as) son una gran ayuda pero no merecen cargar, ni con la responsabilidad de nuestra salud mental y emocional, ni con los efectos de los síntomas. Necesitamos liberarlos. Identificar el terapista o el consejero y hacer la primera cita puede ser un buen comienzo. De ahí en adelante es bueno establecer el mejor ritmo de terapias o consejería de acuerdo a las necesidades personales. En adición, esto no solo será bueno para ti, sino que será un buen ejemplo para la salud emocional del resto de la Iglesia. La salud mental y emocional debe ser prioridad en nuestras comunidades de fe y en las comunidades a las que servimos.
3. ¿Cuál es tu rutina para encontrarte con Dios? Es irónico pero probablemente la misma rutina y las demandas pastorales han hecho que tu tiempo y la rutina para encontrarte plenamente con Dios hayan disminuido. Es probable que hagamos una oración corta antes de algún mensaje por aquello de cumplir mínimamente con que Dios nos use. Pero Dios no necesariamente está interesado en usarnos. Somos sus hijos amados. Sería muy difícil pensar que un papá solo quiere usar a un hijo. Realmente, eso sería una relación muy dañina. Dios desea una relación de amor y nosotros fuimos hechos en El. Es en Su aliento donde encontramos vida (Genesis 2:7). Y por lo mismo, no debe haber demanda pastoral o expectativa eclesial mayor que permanecer en El; no por una exigencia del Padre sino por la naturaleza del hijo y de la relación creada en amor. Así que la resolución de una rutina espiritual para encontrarte con Dios debe ser basada en la singularidad de tu persona y en Dios. ¿Cuáles son las prácticas espirituales que te conectan con Dios? ¿Debes considerar experimentar una nueva? Como todas las demás prácticas, solo asegura ser intencional abriendo espacio en la agenda para ello desde antes que suceda.
4. ¿Qué es lo que te gusta hacer y te llena? Esta es una de las preguntas más espirituales que un líder eclesial se puede hacer y que puede sonar muy “carnal”. De hecho, esta pregunta va totalmente asociada con la pregunta anterior: “¿Cuál es tu rutina para encontrarte con Dios?” Como todo padre, Dios desea verte disfrutar la vida que te ha dado y disfrutarlo a Él. Sí, el pastor también debe tener espacio para ser humano, para ser hijo, para nutrir su identidad. ¡Algunos pastores han encontrado que escalar una montaña, que sembrar nuevas plantas, que nadar en el mar, que ver una buena película llena de arte, tocar algún instrumento musical, cocinar un nuevo plato… los llena de vida! Justo en estas actividades han vuelto a encontrarse con Dios, a llenarse de creatividad, a renovar su espíritu para continuar la carrera que tienen por delante, llenos de gozo y esperanza. Tener este espacio como parte de nuestra rutina es esencial. Esto no es para cuando ya finalmente nos sentimos agotados al final del año. De hecho, Dios establece la rutina semanal del sábado como un espacio constante para disfrutarle y disfrutar lo que ha creado. ¿Te has hecho esta pregunta antes sobre qué es lo que te gusta hacer? ¿Cuál es tu contestación? ¿Está dentro de tu rutina y resolución para el nuevo año? Te invitamos.